Un día me sorprendí por las palabras tan bonitas que me decían algunos de mis clientes y colaboradores agradeciendo mi trabajo. Me daban las gracias de corazón y me hacían sentir como de “su familia”. Me gratifica enormemente ver al cliente satisfecho y contento con mi trabajo y cada gesto, cada palabra en este sentido ha sido el mejor regalo que me ha dado esta profesión. Estas gratitudes son las que cada día me hacen crecer como abogada de familia y dan sentido a todo el esfuerzo que hago por defender los intereses de mi cliente.
He aquí algunos ejemplos:
Nos sorprendimos cuando recibimos varias llamadas pidiendo cita porque habían visto en “internet” muy buenas referencias. Buceamos en la red y descubrimos que un buen cliente había escrito en el foro familia y mujer, en el que debatían sobre el mejor abogado de divorcios. Así se fue extendiendo que INMACULADA DÍAZ GIRON es una abogada trabajadora, con experiencia, realista. Otros clientes participaron también en el foro y en otros foros y el “boca a boca” de hace 30 años se ha actualizado con las nuevas tecnologías.